Iris Reyna / Abril 2019

John Kotter nos dice que el primer gran requisito para lograr que el cambio suceda es tener un caso de negocio tan contundente que imprima un potente sentido de urgencia a toda la organización.

Cuando el cambio es inminente, todos se ven forzados a salir de su zona de confort. Unos por convicción y compromiso, otros por miedo y muchos por ir con la manada y no quedarse atrás.

Aquellos cambios traumáticos que derivan de nuevas regulaciones, cierre de mercados, transformación digital, desastres climáticos u otros cambios externos a la empresa y que modifican drásticamente las reglas de juego, son quizás, los más fáciles de implementar.

Sin embargo, cómo imprimir el mismo sentido de urgencia cuando el cambio es necesario e importante pero no urgente, los cuales suelen obedecer a virajes en la estrategia de negocio e intentos de innovación, y que muchas veces se perciben como algo deseable pero no indispensable para la sobrevivencia de la empresa.

dispuesto al cambio

Se trata [de] visibilizar qué puede suceder si no se cambia

Iris Reyna, Especialista en Cultura y Clima Organizacional de Real Time Management

En este contexto será mucho más fácil que las personas tiendan a tomar posiciones resistentes cuando les toque cambiar sus formas de trabajo haciendo el camino penoso y aumentando el riesgo a que el cambio no se concrete.

Para estos casos, Iris Reyna brinda algunas de las estrategias que ha utilizado, obteniendo resultados alentadores:

  • Resalta una crisis: busca algún acontecimiento negativo que esté sucediendo para lograr captar la atención de todos y de esta manera mejorar las prácticas de la empresa.
  • Muestra el peor escenario: muestra a toda la organización las cifras en rojo que se tendrían si no se actúa ya mismo. Así tendrás la capacidad de movilizar a la gente tanto como si el suceso fuera a darse al siguiente día.
  • Consigue un mandato corporativo: si trabajas en una corporación, puedes tomar algún objetivo corporativo y convertirlo en el caballo de Troya para impulsar una serie de cambios necesarios.
  • Audita: Ya sea que se trate de una auditoría contable financiera, una recertificación o una inspección laboral, nada moviliza más que saber que se nos viene una auditoría y que debemos poner la casa en orden.

No se trata de mentir sino de visibilizar qué puede suceder si no se cambia, pero de una manera muy visible y dramática para que el mensaje pueda hacerse paso por sobre las exigencias cotidianas.

Iris Reyna
Iris ReynaConsultora
Especialista en Cultura y Clima Organizacional de Real Time Management