Iris Reyna / Febrero 2018

A quiénes se les podría decir en la actualidad: “chicos, no se preocupen, a ustedes no les va a afectar la transformación digital, sus puestos no van a cambiar, no necesitan reinventarse ni ponerse a estudiar”. ¿En qué tipo de puestos estarían estas personas?, ¿qué perfiles tendrían?, ¿en qué industrias estarían? Antes de responder esta interrogante, quiero recordar uno de los ejemplos de transformación digital que más me ha impactado. Se trata de la demostración más simple pero increíble del poder de la Industria 4.0. Bosch Rexroth, una empresa industrial alemana con presencia global, que lidera la especialización en tecnologías del movimiento, posee un torno del año 1887, de esos que se usaban a pedal, sin conexión eléctrica. Es el mismo que usó Robert Bosch, fundador de la empresa, para fabricar piezas para el magneto, el producto con el que la compañía se consolidó a fines del siglo XIX.

En el año 2016, a través de una interface, se conectó ese mismo torno a un servidor, para realizar las más modernas operaciones de análisis de data digital, demostrando que es factible interactuar con tecnologías de hace más de 120 años gracias a la aplicación de tecnologías IoT (internet de las cosas). Este ejemplo revela que es posible añadir una dosis de transformación digital a todo tipo de artefacto. También demuestra que las soluciones no necesariamente pasan por invertir grandes sumas de dinero en super maquinarias. Hoy, invirtiendo mil o dos mil dólares, se puede automatizar una máquina antigua para monitorear lo que sucede dentro, y hasta interconectarla para su manejo remoto. Lo que hace más fascinante el paso de la industria tradicional a la industria 4.0 es la convergencia de dos mundos antes desconectados: la tecnología operacional y la tecnología de la información. Es decir, se ha unido lo físico con lo digital, dando pie a una realidad nueva. Bajo ese enfoque, ¿cómo mantener la serenidad y bajar la ansiedad entre colaboradores de empresas que se mueven en sectores tradicionales?

Todos hablan del salto digital o del cambio de modelo de negocio. Pero, ¿cómo manejar la ansiedad de colaboradores que trabajan en empresas que se mueven en sectores tradicionales? La respuesta no les va a gustar.

Iris Reyna

La empresa Bosch Rexroth se ha caracterizado en los últimos años por aplicar tecnologías IoT (internet de las cosas) a equipos antiguos, generando data para reducir y automatizar procesos. El caso más emblemático fue aplicar IoT a un torno de 1887.

Bosch Rexroth aplicando Internet of Things

PROCESOS DE INNOVACIÓN

Quizás una pregunta previa tendría que ser, ¿qué se requiere para aprovechar estas inmensas posibilidades de transformación? La respuesta: nuevas capacidades. Empecemos por la iniciativa, que se necesita para mantenerse informado de los grandes avances tecnológicos, pues si no los conocemos no sabremos cuáles son capaces de transformar ese sector tradicional en el que estamos. Podemos seguir con cultivar el gen innovador, para buscar mejores formas de hacer las cosas. Esto implica ser proactivos, curiosos, persistentes y estar dispuestos a asumir riesgos para ensayar nuevas soluciones. Pienso en sectores tradicionales como la minería. ¿No van a cambiar sus formas de trabajo? Difícil decir esto.

Muchas empresas están implementando tecnologías SAP (sistemas de información empresarial) y se están llenando de data para ser analizada y convertida en proyectos de mejora de procesos, automatizaciones, digitalización, entre otros. Otras empresas mineras están insertando sensores en su maquinaria para potenciar el mantenimiento preventivo y darles mucha mayor vida útil, así como evitar accidentes, optimizar su uso, entre otros. Un colega que trabaja en una mina está buscando la forma de controlar el uso de cal en el proceso de extracción del cobre, automatizando mediciones que se puedan monitorear remotamente. El tema es que cada una de estas transformaciones implica que muchas personas deberán cambiar sus formas de trabajo.

Aplicando Visión 4.0 en Nuestros Negocios

Si antes el operario medía el uso de cal al “ojo” hoy tendrán una computadora que le indicará la cantidad exacta de material que se requiere. Ese operario deberá desaprender a usar su habilidad de cálculo y aprender a usar la computadora, mejorar su prolijidad para sacar muestras, procesarlas y seguir instrucciones exactas para la mezcla. Si una industria tradicional que vende commodities, que se rige por precios internacionales, está introduciendo elementos 4.0, ¿qué podemos esperar de empresas que compiten en el mercado?

TODO ESTÁ CAMBIANDO

Un trabajo tan tradicional como el de los taxistas resulta que se está transformando aceleradamente. Hoy, si un taxista quiere competir, necesita un teléfono inteligente, conocer de tecnología digital, seguir nuevas reglas para tratar al cliente y para realizar su trabajo tiene que invertir en un mejor auto. Además, su gran experiencia en las calles ya no es un diferencial, ya que para eso existen aplicaciones como Waze. Si un negocio tradicional como tener un hotel hoy en día se ve amenazado por un negocio digital como Airbnb, un restaurante por aplicaciones de delivery o las grandes tiendas por distribuidores online, ¿qué podemos esperar del resto? No importa donde miremos, en todos lados existe una transformación que está sucediendo o que está por suceder.

Mi respuesta: debemos promover una cultura donde el cambio sea visto como algo positivo, retador, sin importar la empresa o el sector. Donde se cultive la iniciativa, el aprendizaje continuo, el empoderamiento y la responsabilidad. Donde se dejen de lado los miedos que normalmente generan las transformaciones, y se responda con una actitud de compañerismo, colaboración, comprensión y, por qué no, cariño. Creo que todos estamos en el mismo bote, así que de nada sirve tapar el hueco de un solo lado. Desde las abuelas que ahora luchan por aprender a usar Whatsapp para mantener el contacto con sus nietos, hasta los ingenieros que ahora tienen que volver a las aulas y no precisamente para hacer un MBA, a todos nos está impactando la transformación digital. Aquí nadie se salva.

Iris ReynaConsultora
Especialista en Cultura y Clima Organizacional de Real Time Management
Iris Reyna